Demandar a la Autoridad Palestina

Las víctimas del terrorismo palestino deben tomar nota de la reciente dimisión del ministro de Hacienda de la Autoridad Palestina, Salam Fayad. Se dice que Fayad está particularmente enfadado porque el primer ministro de la AP, Ahmed Qurei, lo arregló para que los 350 millones de dólares donados a la AP en el 2005 pagaran a 60.000 personas en los servicios de seguridad. Entre ellas se encuentran terroristas palestinos que cumplen sentencia condenatoria en prisiones israelíes. Los presos incluyen a los que asesinan israelíes, a los que envían a los terroristas suicidas y a terroristas suicidas sorprendidos de camino.

 

“Ni siquiera sabemos si las 10.000 o 15.000 personas trabajan aún o no”, decía el gerente del comité económico parlamentario, Azmi Shuabi.

 

Saadi al-Wahidi, alto funcionario del servicio de administración civil de la AP, declaraba al diario palestino Al-Hayat Al-Jadida el 16 de noviembre que la AP ha creado un comité especial para determinar la elegibilidad a pensión de todos los miembros de organizaciones armadas palestinas tales como las Brigadas de los Mártires de Al Aksa, las Brigadas Al Kassam, Hamas o la Jihad Islámica. Los pagos serán retroactivos e incluirán a prisioneros anteriores y actuales encarcelados en prisiones israelíes.

Este comité fue establecido tras el anuncio el 3 de septiembre del ministro de Asuntos Carcelarios, Sufayán Abú Zayda, de que su oficina deposita salarios de entre 400 a 500 dólares al mes por cada preso, además de un pago de 50 dólares mensuales a cada uno para gastos en la cantina de la prisión. La Oficina de Asuntos Carcelarios también financia los gastos legales de los presos, los tratamientos médicos, etc.

 

En total, según Abú Zayda, su oficina recibe 4 millones de dólares al mes de la AP destinados a mantener a los terroristas palestinos encarcelados en prisiones israelíes.

 

El apoyo financiero abierto de la AP a los terroristas se apoya en el reconocimiento legal oficial a, y la responsabilidad asumida por, todos los terroristas palestinos por parte de la AP, establecida por primera vez el 21 de agosto por el rais palestino Mahmoud Abbás tras la desconexión israelí de Gaza. Elogiando a los terroristas muertos, Abbás decía que sus familias “necesitan ser verdaderamente cuidadas, no sólo por la sociedad [palestina], sino [también] por la Autoridad Palestina, y por lo tanto hemos decidido asignar el 5% de todas las partidas gubernamentales a ello”.

 

En sus declaraciones a Al-Hayat al-Jadida, Abú Zayda observaba que 100.000 dólares adicionales se dedican a la manutención de cada preso terrorista palestino que recibe educación superior, sin importar su afiliación organizativa o sus crímenes.

 

El 7 de septiembre, en una entrevista posterior con Al Quds, otro diario palestino, Abú Zayda informaba de que se había tomado otra decisión por parte de la AP de incrementar los salarios de todas las fuerzas palestinas de seguridad. Puesto que los terroristas palestinos en prisiones israelíes son considerados parte de estas fuerzas, sus ingresos también crecen.

 

Según esta nueva decisión, los que han cumplido las penas más largas en prisiones israelíes - es decir, los que han cometido los crímenes más atroces - recibirán remuneraciones superiores. Así, un preso que haya pasado 25 años en prisión israelí recibirá cerca de 900 dólares al mes. Los presos que sean residentes de Jerusalén recibirán 50 dólares al mes extra.

 

Este generoso patrocinio de terroristas palestinos pasados y presentes por parte de la AP debería permitir demandar a la AP por compensaciones a todas las víctimas de grupos terroristas palestinos. Sin embargo, es probable que afronten mayores dificultades a la hora de hacer valer los veredictos contra la AP.

 

Como observaba Gary M. Osen, un relevante experto en litigios de financiación del terror: “Las condenas jurídicas contra la Autoridad Palestina son necesarias e importantes, pero al mismo tiempo, puesto que la mayor parte de los gobiernos del mundo protegen los activos de la AP, cumplir un veredicto contra la AP sigue siendo muy difícil”.

 

Por otra parte, al tiempo que la comunidad internacional, Unión Europea y Estados Unidos incluidos, protegen los activos palestinos, continúan financiando a la AP. La precipitada y furiosa dimisión de Fayad, que era visto por todos como el símbolo de un nuevo sistema de reforma financiera palestina, debería haber acabado en sanciones inmediatas contra la corrupción masiva de la AP. Pero la comunidad internacional va derecha a crear un estado palestino, y no es probable que nada - ni siquiera el patrocinio confeso por parte de la AP a terroristas condenados - vaya a detenerla.