El misterio de las cabinas electorales

por Jeff Jacoby, 14 de febrero de 2008

(Publicado en The Boston Globe, 6 de febrero de 2008)
 
Resulta que los sabelotodo no lo sabían todo.
 
Meses de predicciones de lo contrario al margen, las candidaturas presidenciales no quedaron cerradas el supermartes. John McCain no ha sido puesto en su sitio. Mike Huckabee no ha sido reducido a la irrelevancia política. Una vez más -- al igual que con los anteriores pronósticos de implosión de Hillary Clinton en New Hampshire, el atractivo nacional imperante de Rudy Giuliani, o la incuestionable ventaja de Mitt Romney en los primeros estados -- los políticos propusieron, pero los electores dispusieron.
 
En las últimas horas de su campaña presidencial de 1992, Bill Clinton habló repetidamente de 'el gran misterio de la democracia norteamericana', en virtud del cual un votante común se transforma el día de las elecciones en 'el ciudadano más poderoso de América'. No he coincidido con Clinton en gran cosa, pero ese día dio con algo. Porque con todas las sofisticadas herramientas y la tecnología con la que los candidatos modernos emprenden sus campañas, lo que tiene lugar en la cabina electoral sigue siendo, muy a menudo, un misterio.
 
Parte de ese misterio es exactamente lo que necesita un candidato para superar la nota del examen de credibilidad presidencial de los votantes. En teoría, Romney parecía tener todos los ingredientes necesarios: brillante éxito en el sector privado, una vida personal completa e intachable, enormes dotes de inteligencia y encanto, atractivo demostrado para los electores Republicanos, arcas extremadamente llenas y las ventajas de la publicidad masiva.
 
Aún así, en ningún momento de esta campaña incesante en apariencia ha logrado dominar la carrera Republicana. En su lugar, se encuentra luchando por alcanzar no solamente a McCain, cuya campaña estaba completamente dejada el pasado verano, sino hasta a Huckabee en algunos estados.
 
¿Qué es lo que hace superar a un candidato el umbral de viabilidad? ¿Es el poderoso apoyo de los medios? Durante semanas, muchas de las voces más influyentes de la derecha, especialmente en el ámbito radiofónico, han criticado a McCain, insultado a Huckabee y defendido fervientemente a Romney. Pero los votantes de estado tras estado ayer ignoraron a los transmisores, eligiendo a McCain o a Huckabee antes que al ex gobernador de Massachusetts.
 
¿Es la postura 'adecuada' en determinados asuntos lo que convierte o descarta a alguien como candidato? Los temas obviamente son de gran importancia, pero no parecen ser la clave de la campaña de este año tampoco. Andrew Kohut, jefe de cuestación del Pew Research Center, informaba ayer al Wall Street Journal de que en la carrera entre Clinton y Barack Obama, 'no existe ninguna correlación en las encuestas a pie de urna hasta la fecha entre los asuntos que la gente piensa que son importantes y los candidatos a los que vota'. Entre los Republicanos encuestados, McCain ha sido con frecuencia el menos probable en compartir las posturas de los electores en los distintos temas. A pesar de todo eso, se ha convertido en el favorito de la carrera Republicana.
 
Todas las teorías acerca de la carrera presidencial deben ser tratadas como probables, pero he aquí la mía en pocas palabras: este año los electores buscan carácter. Más que popularidad, por encima de la compatibilidad ideológica, lo que desean es un candidato de palabra, integridad y decencia. Quizá este sea el motivo de que McCain y Obama sigan disfrutando de las mieles del éxito cuando tantos otros han quedado por el camino.