Exhuma como puedas

por Rafael L. Bardají, 1 de noviembre de 2019

España es una nación de zombis. Ahora que viene la celebración del día de todos los santos, donde honramos a nuestros seres fallecidos, también se nos llenan las calles de adolescentes enfervorecidos, disfrazados de muertos vivientes, reclamando su atención  más o menos cordialmente. Hay quien lo achaca a la importación de festividades yanquis. Pero no. Nuestros pequeños imitan lo que ven. Y lo que ven no puede ser más claro: El Pablo Iglesias que fundó el partido socialista dos siglos atrás, reaparece vivito y coleando como figura y líder de la izquierda radical;  el gobierno socialista de Pedro Sánchez, digno heredero de Zapatero, saca a la fuerza de su tumba al general Franco, para darse el gusto de volver a enterrarlo donde y cómo él ha decidido; pero también el centro-derecha español muestra sus gustos necrófagos: el nuevo viejo PP de Pablo Casado decide a su vez exhumar el cadáver político de Mariano Rajoy y volver a enviar al cementerio de los elefantes al ex presidente Aznar, al que hace unos meses habían recuperado del baúl de los recuerdos a dónde le habían enviado Rajoy, Soraya y Montoro. ¿Cómo quejarse de la importación de Halloween?

 

Dice ahora Pablo Casado que la campaña del 28 de abril la hizo enfadado y que por eso le hizo guiños a Vox. Tantos como para anunciar dos días antes de las elecciones que pensaba incorporar a ministros de la formación de Abascal en su futuro gobierno. Lástima que se quedara a 110 diputados de poder formarlo. Ahora no quiere oír ni hablar de lo que dijo entonces porque cree que sus votantes sólo pueden venirle del centro-izquierda y Ciudadanos. Pero lo dice con tan poca convicción que yo creo que no le salva ni la barba de Rajoy que se ha dejado.

 

Es una pena, pero cuando se iba a los cementerios a recordar a los nuestros que ya no están entre nosotros se tenia muy claro quienes estábamos en este valle de lágrimas y quienes pertenecían ya al más allá. Hoy hay muertos vivientes que saben que lo son; y hay muertos –como en el Sexto Sentido- que no saben que lo están. Y hay una España viva que comienza a despertar. Mientras que el gobierno se dedica a profanar tumbas de quienes reposan ya eternamente, pocos se dedican a combatir a estos muertos andantes que se empeñan en regir nuestros destinos. El PSOE desentierra a los muertos; el PP revive a los muertos; Podemos se reencarna o se transmuta. Lo milagroso es que quede alguien en su sano juicio. No se si estas próximas elecciones servirán para acabar con la podredumbre que nos asola. Aprieten los puños, que vienen los muertos.