Fascismo progresista. ¿Quién es "facha"?

por Thomas Sowell, 27 de febrero de 2008

Los que dan mucha importancia a las palabras pueden retroceder ante el título del nuevo libro de Jonah Goldberg, 'Fascismo progresista'. Como resultado, podría rehusar leerlo, lo cual será su pérdida -- y una pérdida importante.

Aquellos que valoran la sustancia por encima de las palabras, sin embargo, encontrarán en este libro abundancia de desafiantes discernimientos, respaldados por exhaustiva investigación y análisis brillante.

Este es el tipo de libro que desafía las premisas fundamentales de su tiempo -- y que, por ese motivo, es probable que más que criticado, sea censurado.
 
Dado que la palabra 'fascista' se utiliza libremente con frecuencia en estos tiempos como término general de insulto, es bueno que 'Fascismo progresista', empiece discutiendo el verdadero Fascismo, introducido en Italia por Benito Mussolini tras la Primera Guerra Mundial.

Los fascistas estaban completamente en contra del individualismo en general y contra el individualismo en una economía de libre mercado en particular. Su agenda incluía leyes de salario mínimo, restricciones gubernamentales a hacer beneficios, gravación fiscal progresista del capital, y escuelas 'rígidamente seculares'.
 
Al contrario que los comunistas, los fascistas no buscaban la propiedad de los medios de producción por parte del gobierno. Simplemente querían que el gobierno llevara las riendas en cuanto a cómo se iban a llevar los negocios.

Estuvieron a favor de la 'política industrial' mucho es de que los progresistas acuñasen ese término en Estados Unidos.

En la práctica, toda la agenda económica fascista guarda un parecido notable con lo que más tarde defenderían los progres.

Por otra parte, durante los años 20, los 'progresistas' en Estados Unidos y Gran Bretaña reconocían el parentesco de sus ideas con las de Mussolini, que en gran medida era tratado como una celebridad por parte de la izquierda.

El famoso novelista británico y prominente socialista fabiano H.G. Wells instaba al 'Fascismo progre', diciendo que 'el mundo está enfermo de política parlamentaria”.

Otro gigante literario y socialista fabiano, George Bernard Shaw, expresaba también su admiración por Mussolini -- así como por Hitler y Stalin, porque ellos 'hacían las cosas', en lugar de hablar simplemente. En Alemania, los Nazis seguían la estela de los fascistas italianos, añadiendo racismo en general y antisemitismo en particular, ninguno de los cuales formaron parte del fascismo en Italia o en la España de Franco.

Hasta la variante Nazi del fascismo contó con el favor de la izquierda cuando era solamente un movimiento que buscaba el poder en los años 20.

DuBois estaba tan seducido por el movimiento Nazi que puso esvásticas en la portada de la revista que editaba, a pesar de las quejas de los lectores judíos.
Después incluso de que Hitler se hiciera con poderes dictatoriales en Alemania en 1933, DuBois afirmaba que la dictadura Nazi era 'absolutamente necesaria para poner en orden el estado”.

Aún en 1937 decía en un discurso en Harlem que 'a algunos respectos, hay hoy más democracia en Alemania de la que ha habido en años anteriores”.

En resumen, durante los años 20 y los primeros años 30, el fascismo no solamente era visto favorablemente por parte de la izquierda, sino que era reconocido como poseedor de ideas, agendas y premisas afines.

Solamente después de que Hitler y Mussolini cayeran en desgracia por sí solos, principalmente a través de sus brutales agresiones militares en los años 30, la izquierda se distanció de estos parias internacionales.

El fascismo, reconocido inicialmente como una idea emparentada con la izquierda, nos ha llegado desde entonces a nosotros definida como ser 'de la derecha' -- en realidad, como representante de la derecha más extrema, supuestamente prolongación fomentada del conservadurismo.

Si por conservadurismo usted se refiere a fe en el libre mercado, el gobierno limitado y la moralidad tradicional, incluyendo influencias religiosas, entonces éstas son todas cosas a las que los fascistas se opusieron exactamente en la misma medida que la izquierda se opone hoy.
 
La izquierda podrá afirmar que ella no es racista o antisemita como Hitler, pero tampoco lo fueron Mussolini ni Franco. Hitler, a la sazón, absorbió parte de su ideología racista de los escritos de los 'progresistas' americanos del movimiento de la eugenesia.
 
El 'Fascismo progresista' de Jonah Goldberg es un libro demasiado rico para resumirse en la columna de un periódico. Hágase con un ejemplar y vuelva a sopesar las nociones recibidas acerca de quién está 'a la izquierda' y quién se encuentra en 'la derecha'. Es un libro para personas que quieran pensar en lugar de repetir retórica.

 
 
Thomas Sowell  es un prolífico escritor de gran variedad de temas desde economía clásica a derechos civiles, autor de una docena de libros y cientos de artículos, la mayor parte de sus escritos son considerados pioneros entre los académicos.  Ganador del prestigioso premio Francis Boyer presentado por el American Enterprise Institute, actualmente es especialista decano del Instituto Hoover y de la Fundación Rose and Milton Friedman
 
 
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