Final de la legislatura: carrera de sacos

por Ana Ortiz, 28 de diciembre de 2007

Aunque hace tiempo que estamos en capilla y los medios de comunicación han puesto sus cartas boca arriba, el presidente Zapatero les ha facilitado la excusa perfecta para terminar de tomar posiciones, cuando ha anunciado oficialmente que el día “D” será el 9 de marzo y que da por concluida una de las legislaturas más difíciles y antipáticas que se recuerdan.
 
Una legislatura que se podría calificar hasta de anacrónica: no tiene mucho sentido que después de treinta años de democracia, en los que ha gobernado centro, izquierda y derecha, se planteen escenarios más propios de un país joven que tiene todo por hacer, que de uno cuyos ciudadanos son cada vez más críticos con el poder político y a los que no les tiembla la mano a la hora de decidir con su voto, o su abstención.
 
Esta sensación también ha impregnado el quehacer de los medios, que están dibujado el final de la legislatura y la campaña electoral como algo trascendental, de cuyo resultado dependerá un futuro muy importante que nadie sabe cómo puede resultar, por más cábalas que se hagan. La captura del voto indeciso, a la par que decisivo, está siendo una tarea encomiable.
 
Del repaso de la prensa de los últimos días podrían extraerse dos percepciones. De un lado, queda la sensación de que el Gobierno está participando de esta campaña como invitado, que se encuentra en medio de una carrera de obstáculos, algo así, como si estuviera inmerso en una carrera de sacos, en cuyo trayecto tropieza, cae, se levanta con brío, retoma la carrera, y así sucesivamente.
 
Las rectificaciones relacionadas con el controvertido tema del aborto o la aprobación de canon digital, a pesar de su impopularidad, parecen reflejar que el Gobierno no las tiene todas consigo, que quiere medir cada paso que da al milímetro y que necesita los apoyos de los sectores que le han apoyado siempre, previa aceptación de hacer suyos los intereses de otros.
 
La aprobación in extremis de los presupuestos para 2008 y la recusación en el Senado de la ministra de Fomento, finalmente apoyada solo por el Partido Popular, son dos ejemplos más de que los grupos minoritarios y los tránsfugas están aprovechando la debilidad y necesidad del Gobierno.
 
El informe PISA también ha supuesto un duro golpe para el Ejecutivo. Un resultado ante el que tampoco se han ofrecido respuestas convincentes más allá de echar balones fuera.
 
Dos asuntos han venido en rescate del Gobierno: la sentencia contra la cúpula de ETA y las inauguraciones del AVE a Valladolid y Málaga. Dos temas que, si bien se venían gestando en la legislatura anterior, han dado a luz durante el final de ésta, dado así, un balón de oxígeno a un presidente que ha sabido aprovechar muy bien la coyuntura, como es lógico.
 
La otra percepción a la que se hacía referencia tiene que ver con el Partido Popular, su candidato a la Moncloa y el Programa Electoral en el que está trabajando, amén de todas las cábalas relacionadas con la confección de la lista con la que los populares se presentarán a las elecciones el 9 de marzo.
 
Por la lectura de prensa, da la impresión de que el Partido Popular es consciente, desde hace más tiempo que el PSOE, que las elecciones próximas son decisivas. También sabe que el empate técnico de las encuestas tiene su lado positivo: generalmente, el partido que gobierna lo tiene más fácil para ganar. El empate señala las carencias e improvisaciones del Ejecutivo de Zapatero. Sin embargo, este factor no es bastante, por lo reñido del paisaje electoral. Diez millones de votos seguros no son suficientes. Hay que pescar en el caladero de voto indeciso. Hay que hacer un esfuerzo por llegar a la gente, a toda la gente posible.
 
El caso es que el Partido Popular está cuidando mucho su carrera a la Moncloa: la puesta en escena de todo lo que se relaciona con el Programa Electoral, anuncio de propuestas sociales, de moderación, de consenso razonable. Incluso, el protagonismo que está obteniendo su responsable, Juan Costa, presentado como “hombre de centro”.
 
Otro factor importante es la apuesta decidida por el candidato. Solo echar un vistazo a la web presentada por el aparato de comunicación del Partido Popular da idea de hasta qué punto la baza electoral se libra en torno al propio Rajoy, porque así lo va a hacer el PSOE con el suyo propio. Todos los demás elegibles en listas quedan difuminados, con la sola excepción Alberto Ruiz Gallardón.
 
El debate relacionado con la inclusión del alcalde de Madrid en las listas, pone de manifiesto el interés superlativo de los adversarios de Rajoy en minar su liderazgo ante la opinión pública, tratando de desviar la atención del Programa hacia supuestas luchas internas de poder. La tesis de que el alcalde desea estar en el Congreso en caso de que Mariano Rajoy pierda las elecciones incide en esta disyuntiva mediática. Igual pasa con José Bono y Zapatero. Los medios ya tiene su propio candidato de recambio en ambos casos. Y si no lo tienen, lo sostienen como elemento más de menoscabo a los dos presidenciables reales.
 
El paisaje controvertido y delicado que se percibe en el campo político salpica también a los mismos medios y sus socios, que están procurando no dar pasos en falso, ante la perspectiva de que tanto Zapatero como Rajoy tienen posibilidades de gobernar.
 
Esta semana sabíamos de los dos fichajes estrella hechos por César Alierta, presidente de Telefónica, que se pueden entender en clave política. Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa, es considerado cercano al Partido Popular. Tanto, que algunos llegaron a afirmar que la operación de OPA venía desencadenada desde el actual Gobierno, entre otros motivos, como medio para desembarazarse de un peso pesado afín al Ejecutivo anterior.
 
El diario El Mundo sostiene en un editorial que el fichaje de Pizarro ha traído aparejado el de Javier de Paz, que sin disponer de un brillante curriculum vitae, como es el caso de Pizarro, aporta equilibrio a la balanza política, puesto que se le presume amigo y confidente del mismísimo presidente Zapatero.
 
La tesis de este diario cobra mayor relevancia si se le suma un dato real: la participación de Telefónica en el accionariado de Sogecable (17’25%). Es interesante tenerlo en cuenta en un momento en que Prisa, principal accionista de Sogecable, ha lanzado una OPA sobre esta empresa audiovisual, operación que le convierte en socio mayoritario de la misma.  Una compañía que tiene como principal objetivo ganar la guerra del fútbol a La Sexta, participada por Mediapro, otro grupo afín al presidente del Gobierno.
 
La afinidad de Prisa con el entorno socialista, a pesar de sus particulares guerras entre amigos, parecen invitar a la prudencia al presidente de Telefónica. Nadar y guardar la ropa, que se llama.
 
En resumen, ante la situación política actual, en la que cualquiera de los dos candidatos a la Moncloa puede hacerse con el “botín”, unido a que los grupos mediáticos están participados por grandes empresas, propicia que las apuestas equilibren el nivel político de la balanza.
 
En este caso, la tradicional afinidad de Prisa con el PSOE, no comulgaría bien con el fichaje de Manuel Pizarro por parte de uno de sus socios, como es Telefónica, sabiendo la campaña que hizo El País y la SER a favor de la acción del Gobierno en el asunto de la OPA a Endesa.
 
También es interesante observar que el principal rival de El País, El Mundo, dedique un editorial a explicar los equilibrios de sus contrincantes. La opinión pública debe saber quién está detrás de lo que lee y lo qué contrata. Sobre todo, cuando se trata de una empresa que tiene una relación “amor-odio” con el consumidor de teléfono y ADSL. Las pequeñas compañías de telecomunicaciones no lo están teniendo fácil para abrirse camino en España, aunque ofrecen tarifas más baratas que la principal empresa de telecomunicaciones. Y esto, a la gente, le llega.
 
Una vez más, queda demostrado que el interés político, económico y mediático está fuertemente imbricado.
 
La gran carrera
 
En el tapiz periodístico de los últimos días destacan unas cuantas noticias cuyo tratamiento en las diferentes cabeceras refuerzan la tesis mencionada unas líneas más arriba: el partido gobernante parece cansado y trabaja a contrarreloj, como pillado por sorpresa por los acontecimientos y por no haber llegado al final de la legislatura con los deberes hechos. No así para los afines, que aunque de vez en cuanto dan una llamada al orden, están señalando aspectos de la realidad que conviene al PSOE de cara a las elecciones.
 
En contraposición, los medios que apoyan a Rajoy, su apuesta por el consenso, y su cuidada puesta en escena. Presentan a un candidato preparado y que pisa fuerte. Muy significativas las cartas dominicales de los directores del La Razón- “La legislatura perdida”- y El Mundo- “El belén de los tartufos”- , donde ambos perfilan una legislatura que perciben jalonada por la mala gestión del Gobierno. En la misma línea está ABC, que opina que “El PSOE pide la hora”, en clara referencia a la supuesta falta de coordinación y solvencia del Gobierno de Zapatero.
 
El tratamiento de noticias como el aborto, la educación, los presupuestos 2008, la recusación de la ministra de Fomento, la guerra de las listas y el canon digital, son algunos ejemplos que avalan este razonamiento.
 
Se dejan a un lado de este análisis la sentencia contra la cúpula de ETA y la visita a España de Gadafi por gozar de bastante consenso en el tratamiento editorial y no ser pertinentes en este boceto del claro posicionamiento mediático a favor y en contra de cada candidato a la presidencia del Gobierno.
 
Presupuestos por la mínima
 
A pesar de la guerra del fútbol y los movimientos de mercado, el Grupo Prisa sigue apoyando al Gobierno en sus propuestas (aborto y educación, por ejemplo) aunque de vez en cuando le de un aviso para navegantes, como ha ocurrido con los presupuestos para 2008.
 
El País habla de “presupuesto salvado”, aunque no favorece el cambio de modelo económico. Señala que “sería deseable que el próximo Gobierno dedique sus esfuerzos a construir un presupuesto que favorezca el cambio económico, que todavía depende agónicamente de la construcción. Porque en las cuentas de la legislatura, demasiado complacientes en exhibir el crecimiento del gasto social, poco o nada se ha hecho al respecto”.
 
Sin embargo, tiende la mano a Zapatero cuando señala la bondad de los presupuestos para las autonomías, o en políticas sociales como el cheque- bebé. Los apoyos de los nacionalistas serán clave si Zapatero no obtiene mayoría para gobernar, aunque es mejor obtenerla de la mano directa de la ciudadanía. Los que cobran el cheque- bebé, por ejemplo.
 
Más contundente es su posición respecto al aborto planteado a raíz de los presuntos delitos perpetrados por determinadas clínicas abortistas. El País habla de “ofensiva abortista” para señalar la opinión de los católicos y su rechazo a cualquier supuesto en el que se puede practicar un aborto, según ley.
 
Respalda la primera iniciativa anunciada por el Gobierno de apoyar una ley de plazos, independientemente del caso. Este diario es muy crítico con Zapatero al señalar que este planteamiento iba en el Programa Electoral de 2004 y que no se ha cumplido, ni parece que finalmente vaya en este Programa ante el temor de no obtener consenso social que pueda perjudicar el escaso margen que tiene ante el empate técnico.
 
En el tema de la educación, El País destaca la promesa de Zapatero en relación a las 300.000 plazas de guardería para niños de cero a tres años. Más promesas que tienen que ver con la educación secundaria, las matemáticas y el inglés, la excelencia de los buenos alumnos, la disciplina y la cultura.
 
Mucho más críticos son los medios afines a la derecha.
 
La Razón rechaza la postura de El País, afirmando que la ley de plazos que apoya un sector de la izquierda para practicar un aborto chocaría con la doctrina del Tribunal Constitucional, que protege al no nacido. También considera, al igual que lo ha hecho Rajoy, que lo que hay que hacer es cumplir la ley. “Rajoy pide que se cumpla la ley y se opone a su reforma”. Además, señala que el debate sobre el aborto enfrenta a un sector del PSOE con el Gobierno.
 
ABC señala el interés electoral de Zapatero frente a cualquier otra consideración “Zapatero frena ahora la ley de plazos del aborto por temor al desgaste electoral”. “El presidente solo insta a una reflexión y dice que no habrá propuestas en el programa”.
 
El tema de los presupuestos 2008, al margen de los desafortunados comentarios del ministro Solbes, han puesto de manifiesto que el Gobierno ha actuado a la desesperada. Así lo ve La Razón, que apunta que los “presupuestos del desencuentro” que solo responden a la necesidad electoral del momento.
 
La Razón habla del fracaso de la educación y de la necesidad de abordar el deterioro de la enseñanza, que debería ser el objetivo prioritario de partidos y gobiernos. Mientras que para Zapatero, el sistema educativo es tan bueno que no necesita retoques, el Partido Popular tiene la oportunidad de levantar la bandera de una auténtica reforma que desprecia el PSOE.
 
ABC va en la misma línea, y señala que Zapatero ignora el fracaso del informe PISA, comparando a España con Dinamarca y Noruega.
 
La “guerra de las listas”
 
La actuación a la gallega de Mariano Rajoy durante los desayunos de Europa Press cuando se le preguntó por la inclusión en la lista del Congreso de Alberto Ruiz- Gallardón, ha sido otro de los temas cuyo tratamiento en titulares no ha generado dudas en cuanto a preferencias.
 
Los medios afines al Partido Popular apuestan por que Rajoy cuente con la suma de todos aquellos que puedan favorecer el resultado electoral a su favor.
 
El caso de ABC es particularmente interesante por su singular cruzada a favor del alcalde de Madrid, en detrimento de la presidenta de la Comunidad. Una de las razones para desentrañar el por qué de este claro posicionamiento podría estar en la preferencia del conductor de La Mañana de la COPE por Esperanza Aguirre y lo crítico que es con el alcalde,  por un lado, y las discrepancias mantenidas entre dicho periodista y el director de ABC, por otro. Es conocida la defensa que ha hecho Esperanza Aguirre de Losantos en alguna ocasión.
 
ABC dice que “Rajoy decide”. Defiende la tesis de que Rajoy debe estar por encima de los intereses de partido de sus asesores para sumar voluntades y ganar las elecciones, por el bien de España. Muy significativo el titular “Aguirre rompe la agenda electoral de Rajoy y le presiona para que no cuente con Gallardón”. Habla de “la contrariedad de la presidenta” afirmando que “Esperanza Aguirre desafía el malestar del PP por las declaraciones de su vicepresidente contra Ruiz-Gallardón y busca la foto con Rajoy para intentar calmar la situación, después de reabrir el debate sobre las listas, que Rajoy ordenó cerrar”.
 
Para El País, se presenta la ocasión de señalar las supuestas guerras intestinas que hay en Génova a cuenta de la candidatura del alcalde. “El PP se enreda en una lucha interna a tres meses de las elecciones”. Señala que Rajoy trata de atajar el supuesto debate desatado entre el sector de Aguirre y el de Gallardón.
 
La ministra más criticada y más famosa
 
La responsable de las infraestructuras pasará a la historia por la cantidad de titulares que ha aportado a esta legislatura.  La ministra Álvarez y su cuestionada gestión han servido en bandeja la excusa perfecta para que los medios se reafirmen en sus posiciones.
 
El País ha seguido la vía de señalar, una vez más, la soledad del PP, mientras que el resto de medios ha cargado las tintas en la mala gestión de la ministra y el oportunismo de los socios nacionalistas del Gobierno.
 
El País: “El Senado censura hoy a la ministra de Fomento solo con los votos del PP”, destacando que los nacionalistas no apoyarán la tercera reprobación de Álvarez.
 
La Ración dice, sin embargo, que “El Senado tumba a la ministra Álvarez al reprobar su gestión en las obras del AVE”. Refuerza su argumentación publicando que Fomento pagará cuatro millones por un servicio que ya hacen funcionarios. La Razón: “Álvarez se convierte en la primera ministra reprobada en la historia de la democracia”. “Los nacionalistas catalanes se abstienen tras no retirar los populares los recursos contra el Estatuto”. Va un poco más allá y recuerda que las obras del AVE comenzaron durante la anterior legislatura, con la clara intención de desdibujar el dulce y esperado momento de la inauguración. “El PSOE estrena los trenes de Aznar”.
 
El Mundo recuerda que CiU, ERC e IU-ICV no apoyaron la misma moción que votaron en Cataluña y en el Congreso.
 
El último impuesto más impopular
 
La legislatura no puede terminar con peor sabor para el Gobierno y los ciudadanos. Un nuevo impuesto, el canon digital, que por muchas buenas razones que pudieran atribuírsele, no tapan la indignación de los consumidores, abocados a pagar a priori “por si acaso”. Los impuestos nunca son del gusto de los contribuyentes, pero éste tiene el triste reconocimiento dejar al descubierto hasta qué punto, el Gobierno necesita el apoyo de los artistas incondicionales que le vienen apoyando desde antes de ser presidente del Gobierno, cuya deuda es cada día más palpable.
 
El Gobierno tendrá que hacer un verdadero esfuerzo para explicar a los votantes las razones que le han llevado a ver la bondad de este canon, más allá que la pura necesidad electoral.
 
Los medios han hecho su agosto con el asunto.
 
Destaca la Carta del Director de Pedro. J Ramírez, especialmente crítico con las declaraciones del portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Diego López Garrido, quien afirmó que “la derecha defiende la propiedad inmobiliaria pero no la propiedad intelectual”. Ramírez dice que “bonita manera de defender la «propiedad intelectual» ésta que se basa en sacarle la pasta al ciudadano raso por si acaso se le ocurre algún día hacer una «copia privada» de una canción y almacenarla en su móvil; para ipso facto entregar la recaudación a una autoconstituida Sociedad de Golfos Apandadores -sigo con mi inocente homenaje al cómic del siglo XX- que por una vez no sienten empacho en apellidarse Españoles”.
 
Carta en la que aprovecha para poner en solfa casi todo lo relacionado con el Gobierno y su gestión en los últimos tiempos, como se comentaba unas líneas más arriba.
 
José Alejandro Vara, director de La Razón, no se queda atrás. “Los actores del «no a la guerra» destrozaron, en una sesión de los Goya, el cine español. Las películas nacionales se hundieron en taquilla casi un cuarenta por ciento. ¿Quién va a entregar su dinero a semejantes personajes? Ahora, con el canon digital, ese impuesto preventivo que castiga «por si acaso» la compra de cualquier artilugio reproductor, el cine español va a recibir la puntilla. ¿También el PSOE? Contra el canon no sólo estaba el PP, sino cientos de miles de jóvenes consumidores de CD y de MP3 que no votan precisamente a Rajoy. Así termina la Legislatura menos lustrosa de nuestra democracia”.
 
El País trata una vez más de echar un cable al Gobierno, publicando un reportaje en el que se habla con cierta ironía del impuesto. Se asegura que “El PSOE logra tumbar en el Congreso la enmienda que pedía el fin del gravamen”. En este artículo se hace hincapié en la impopularidad del impuesto, en la presión de los artistas y en las posturas de los partidos. Singular la frase “En este debate esquizofrénico, en el que los papeles parecen estar cambiados, el Grupo Popular salió en defensa de los jóvenes y de los internautas”, frase que demuestra el omnipresente interés en señalar al Partido Popular como el partido de la gente que está fuera del mundo, en las antípodas de la modernidad.
 
Caídas a cuenta de saltar dentro de un saco
 
El análisis de los titulares de los últimos días pone de manifiesto hasta qué punto está polarizada la línea editorial de los medios, que a la vez hacen equilibrios, dado que son parte de grupos empresariales que tienen sus propios intereses.
 
Interesante observar el transcurso de la gran carrera en la que profesionales de los medios, empresarios y políticos hacen sus apuestas. Veremos quién se cae menos en esta carrera de sacos y tiene capacidad para levantarse el primero y continuar.

 
 
Ana Ortiz es Analista Adjunta en el área de Medios de Comunicación.