La dama de hojalata

por Rafael L. Bardají, 28 de diciembre de 2008

(Publicado en ABC, 28 de diciembre de 2008)
 
Que quede claro: si hay alguien responsable de las hostilidades en Gaza, son los líderes de Hamás. Desde que expirara el pasado día 19 el alto en las actividades, más de 200 cohetes han sido lanzados desde Gaza contra suelo israelí.
 
No obstante, que quienes han venido defendiendo una política de contención sean ahora quienes patrocinan lo contrario, requiere una explicación, pues aunque el choque entre Israel y Hamás era cuestión de tiempo, que sea ahora puede estar muy influido por el calendario electoral israelí.
 
La línea dura la encabeza en esta ocasión el ministro de Defensa, Ehud Barak, muy débil como líder de su partido, el Laborista, al que los sondeos de cara a las elecciones de febrero auguran un auténtico descalabro. No podemos olvidar que los kibbutzin del Negev, sometidos día sí y otro también al castigo de los cohetes palestinos, son el bastión político último de Barak.
 
La candidata por Kadima, la actual ministra de exteriores Tzipi Livni, posiblemente hubiera sido partidaria de continuar con la política de autocontención y hacer descansar en Egipto una posible vía alternativa, pero ahora que las actuaciones del ejército israelí han comenzado, no tiene más opción que ponerse al frente. En comparación con su rival del Likud, Benjamin Netanyahu, a Livni le faltan las credenciales en materia de seguridad nacional. Una victoria en Gaza podría solventarlo. Pero tendría que ser decisiva, algo que nadie se plantea en estos momentos. A Livni podría sucederle lo que a Olmert en el Líbano en 2006: una victoria pírrica. Mucho depende de lo que duren las acciones bélicas. Y de lo que diga Netanyahu al respecto. Paradójicamente, más que de Hamás.