La mejor España

por Ignacio Cosidó, 27 de septiembre de 2011

 

(Publicado en Diario Palentino, 25 de septiembre de 2011)
 
España se encuentra hoy ante el mayor desafío de las últimas décadas. Nos jugamos nada menos que seguir siendo una de las naciones más avanzadas del mundo y una de las sociedades con mayor nivel de bienestar del planeta. Zapatero y Rubalcaba heredaron una de las economías más dinámicas y saneadas de Europa y legan una España al borde de la quiebra. El reto ahora es volver a situarnos en la locomotora de Europa para poder salir juntos de esta terrible crisis. En 1996 España estaba también en el vagón de cola de la Unión Europea. No cumplíamos uno solo de los requisitos para la Unión Monetaria, como ahora nuestra tasa de paro era el doble que la europea, el déficit público estaba desbocado y el país desmoralizado por la corrupción y el despilfarro. Los gobiernos del Partido Popular lograron meter a España en la primera clase del euro, convertir nuestro país en el gran motor del empleo en Europa, ser un modelo de solvencia en las finanzas públicas, emprender un proyecto de modernización de nuestras infraestructuras inédito en la historia y convertir empresas españolas en multinacionales líderes en varios sectores. Hoy la situación es peor que hace quince años. El número de parados es aún mayor que en los noventa, el agujero en nuestras cuentas públicas es sideral, la irrelevancia exterior de España es total, el descrédito de los políticos mayor y afrontamos una crisis institucional inédita desde la Transición democrática. Es la herencia envenenada a la que se refería Rajoy. Necesitamos recuperar la mejor España. Aquella que fue capaz de hacer una modélica transición política en medio de una crisis económica aún peor que la actual. Esta es una Nación fuerte que ha sido capaz de superar las peores tormentas de la historia. España puede y debe volver a la cabeza de Europa para liderar una salida a la crisis que atenaza a toda la Unión. Somos conscientes que vienen tiempos duros en los que habrá que trabajar más y todos tendremos que hacer sacrificios. Pero no podemos resignarnos a dejar a nuestros hijos una España peor de la que heredamos de nuestros padres. Tenemos que unirnos en torno a un gran proyecto de regeneración nacional. Hemos perdido un tiempo precioso desde que estalló la crisis para emprender las reformas necesarias. Pero el cambio ha comenzado y es imparable. Tengan por seguro que después de este desastre la mejor España está por venir