La Nueva Edad Media

por Rafael L. Bardají, 15 de diciembre de 2012

(Publicado en La Gaceta, 15 de diciembre de 2012)

 

La Historia, en contra de la opinión popular, no se edifica linealmente, sino a golpe de traumas y profundas discontinuidades. Lo hemos vivido recientemente con la caída del comunismo en 1989 o la irrupción del terrorismo islamista en 2011. O, sin ir más lejos, con los atentados del 11M en Madrid. Pensar que el futuro va a ser distinto es pura ciencia ficción. Más bien todo lo contrario, si hay alguna pauta que en estos tiempos revueltos es, precisamente, que las discontinuidades son cada vez más recurrentes. El supuesto bluff de Cataluña es un abismo bien real para nuestra España.

 
Pero es que el futuro ya no es lo que era. Las predicciones de hace 30 o 40 años nos resultan irrisorias por ingenuas y optimistas. Creo que cuando los grandes gurús de los 60 hablaban de que todos tendríamos un androide personal en casa no se referían a un teléfono móvil con ese sistema operativo, por ejemplo. Todos los análisis de prospectivas han pecado de un llamativo optimismo. Ni ha venido el Mesías, ni la medicina nos ha vuelto inmortales, ni existen colonias en otros planetas.
 
Al contrario, todos los signos que se pueden ver hoy apuntan a un salto al pasado, hacia una Nueva Edad Media. ¿Cómo explicar, si no, que se estén produciendo en nuestro seno grandes áreas donde la Ley, esa que debería hacernos igual a todos, no se aplique? Ciudades que por su peso económico, dinamismo social y poder político son más fuertes que sus propios estados nacionales; Estados en crisis por doquier, bien bajo el empuje de los secesionismos, bien por el ataque de las mafias, bien por su confusión con el partido político en el poder. En gran medida Alfonso Guerra tuvo razón al afirmar cuando era vicepresidente “Montesquieu ha muerto”.
 
La gobernabilidad ya no es cosas de los gobiernos. La creciente inseguridad a todos los niveles de la vida les dejará aún menos margen y la desconfianza se aliviará con otras fórmulas de control. Bienvenido a la tribu.