Miss Rice para los europeos

por Helle Dale, 26 de diciembre de 2005

Mientras que los americanos están ocupados con su Feliz Diciembre tratando de preparar para la Navidad, los regalos y el ponche, Europa ha tenido en uno de esos ataques de histeria antiamericana que parece arrasar el continente con predecible regularidad. Estos ataques van y vienen, dependiendo de quién esté en el pabellón de la muerte en el momento o las últimas noticias desde Irak. Cualquier sombra de rumor, cualquier pizca de información que, si es cierta, pueda redundar negativamente sobre Estados Unidos, hace que se vendan periódicos como churros en Europa y tiende a alegrar los corazones de la gente con la idea de que, al menos ellos, no son como los americanos.
 
El caso actual en cuestión es la raramente anodina historia que se publicó por primera vez en el Washington Post, el 2 de Noviembre sobre la supuesta existencia de prisiones secretas de la CIA alrededor del mundo, algunas quizá en suelo europeo (estremecedor). Polonia, Italia y Rumania son los sospechosos directos. Y luego están esos vuelos misteriosos americanos, haciendo escala en aeropuertos europeos, que podrían haber tenido a sospechosos de terrorismo de regreso a sus países de origen, una práctica conocida como “rendition” (entrega). Hasta se sabe que algunos de estos países practican la tortura. Esta magra historia se ha convertido en una fantasía de “prisiones de tortura americanas” diseminándose a todo vapor a través de los medios europeos.
 
Uno de los muchos problemas para responder a una historia como ésta es que se parece tanto a la pregunta, “¿Cuándo dejó de pegar a su esposa?”. No hay una buena respuesta, tal y como la Secretaria de Estado Condoleezza Rice comprobó durante su visita a Europa la primera semana de Diciembre. Aunque negó claramente que Estados Unidos no practica la tortura, no pudo negar categóricamente lo mismo sobre las operaciones clandestinas que se llevan a cabo en Europa (con la cooperación de gobiernos europeos, por supuesto). Pero ¿cómo iba a hacerlo dada la naturaleza de la guerra en la que estamos metidos?
 
El problema es que la discusión honesta con sus respectivas audiencias sobre la cooperación americano-europea en la guerra contra el terror y lo que representa para la propia seguridad europea no ha sido la reacción tomada por los gobiernos europeos. Rice lo puso muy claro cuando dijo que ella, personalmente, daba la bienvenida a tal discusión y recordó a los europeos que las acciones americanas “han prevenido ataques en Europa y que han salvado vidas inocentes”. “Depende de estos gobiernos y de sus ciudadanos la decisión de si quieren trabajar con nosotros para prevenir ataques terroristas contra los suyos y contra otros países, así como decidir cuánta información se debe hacer pública. Ellos tienen el derecho soberano de tomar esa decisión”.
 
En su lugar, la mayoría de gobiernos europeos (reconociendo la honrosa excepción de los británicos) se han aterrorizado. Franco Frattini, el comisionado de Justicia e Interior de la UE y normalmente un hombre de sentimientos proamericanos, dijo, sin explicar cómo, que la presencia de prisiones clandestinas violaría la Convención Europea de Derechos Humanos. Frattini amenazó: “Me obligarían a proponer serias consecuencias, incluyendo la suspensión del derecho al voto en la Unión Europea”.
 
Muchos gobiernos europeos como los escandinavos al igual que los de Polonia, Gran Bretaña, Alemania, España e Italia (Ellos mismos serían responsables por cualquier acuerdo que hayan tenido con Estados Unidos sobre derechos de aterrizaje, uso de prisiones o recolección de inteligencia) han decidido hacer investigaciones internas. Y éstas han sacado poco o nada en conclusión. Pero ni siquiera eso hace que los críticos se callen.
 
“El gobierno del Reino Unido dijo ayer que no tenía evidencia de que la Administración de Estados Unidos haya estado transportando a sospechosos terroristas usando aeropuertos británicos” informaba el Financial Times. “Jack Straw, Ministro de Exteriores, dijo que después de haber estudiado cuidadosamente los archivos del gobierno, estaba ‘completamente seguro’ de que no han habido peticiones americanas para volar a sospechosos que fuesen a aterrizar en el Reino Unido”.
 
Menzies Campbell, portavoz de Asuntos Exteriores del Partido Liberal Demócrata, dijo que las garantías de Straw no eran satisfactorias. “El que no hayan archivos o peticiones no significa que la entrega extraordinaria no haya sucedido” afirmó. ¿Cómo se puede actuar frente a este tipo de actitud?
 
Rice, sin embargo, hizo su papel diligentemente en su visita europea -- que debe haber sido tan agradable como la extracción de una muela -- pero sus esfuerzos no han sido en vano. El Secretario de la OTAN, Jaap de Hoop, y otros ministros de la organización se declararon satisfechos por lo menos con las garantía que les dio acerca de la tortura. Lo que necesitamos ahora son más funcionarios como Rice, con la misión de abrir un franco diálogo transatlántico sobre el papel de Europa en la guerra contra el terror.

 
 
Helle Dale es directora del Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Asuntos Exteriores y de Defensa de la Fundación Heritage. Sus artículos se pueden leer en The Wall Street Journal, The Washington Times, Policy Review y The Weekly Standard. Además, es comentarista de política nacional e internacional en CNN, MSNBC, Fox News y la BBC.
 
©2005 The Heritage Foundation
©2005 Traducido por Miryam Lindberg
 
 
GEES agradece a la Fundación Heritage el permiso para publicar este artículo.