Por el honor de las militares

por Rafael Ortega González, 28 de junio de 2007

No se esperan manifestaciones de los del 'No a la guerra', coordinadas desde Ferraz; ni habrá todos los días un capítulo recordatorio en El País, como en el caso del Yak (cuyo sobreseimiento de la causa contra el Gobierno del PP ha sido ignorado por los medios), ni en Tele5, como en el caso de la muerte de José Couso, que se acompañaba de manifestaciones ante la sede del PP con el grito de 'este crimen lo vais a pagar, Partido Popular'. No habrá un partido carroñero que usará los cadáveres como arma política, como hizo el PSOE en la anterior legislatura, no habrá un partido que manipulará a familiares para pasear continuamente muertos, lágrimas y dolor, no asistiremos a la práctica venta de los restos de los fallecidos en televisiones, periódicos o emisoras de radio.
 
Los progres que acusaban al PP de habernos metido en una guerra (la de Irak) callan ante las dos en las que nos tiene sumergido el PSOE (Afganistán y Líbano).
 
Una vez que el Partido Socialista ganó las elecciones cesaron las peticiones, los familiares desaparecieron de las portadas, ya no interesaba su dolor, en realidad resultaba molesto para el nuevo gobierno.
 
Hay una gran mentira sobre las operaciones internacionales con participación de tropas españolas, una gran mentira basada en el “buenismo” y pacifismo falso e hipócrita del Gobierno actual. Al igual que Felipe González llegó al poder en gran parte con el “OTAN no, bases fuera” y luego cambió al OTAN sí, y a la colaboración en la Guerra del Golfo, también este gobierno que llegó con la bandera del “no a la guerra” al lado de “intelectualoides” con ganas de dinero fácil se encuentra con las Fuerzas Armadas en dos teatros muy difíciles, donde occidente se juega su victoria frente al terrorismo más salvaje que se haya conocido.
 
Los soldados han dado su vida por España (algunos sin haber nacido en ella), pero no se les condecorará por ello, no se les otorgará el máximo honor que puede tener un militar caído en combate. Las condecoraciones se reservan para los amiguetes que curiosamente han presumido de antimilitaristas, como Peces Barba, o como pago de favores de colocación en algún puesto con posibilidades de comisiones.
 
Los militares siempre han sido despreciados por el gobierno Zapatero, a pesar de algunos sumisos indignos de llevar el uniforme, que pululan por las cercanías del poder a la espera de un ascenso no merecido. Los militares son despreciados por el Gobierno Zapatero en vida, es el único Presidente que no ha asistido a un Día de las Fuerzas Armadas, y después de la muerte se les intenta ocultar, como se hacía cuando caen víctimas del terrorismo de ETA. Es muy molesto políticamente que un gobierno que usa el envío de tropas españolas a Irak uniéndolo a la palabra “guerra” tenga tantos muertos en operaciones “pacíficas” sobre la mesa.
 
Este gobierno que entierra a los militares es el mismo que se manifestó a favor de los que les han asesinado el pasado 17 de marzo, junto con esos intelectuales que tienen el estómago lleno de subvenciones e impuestos y protecciones de dudosa constitucionalidad[i]. Y realizaron esa manifestación aun a sabiendas del riesgo, ya denunciado, de que las tropas españolas sufrieran un atentado. ¿Dónde están todos esos manifestantes?, ¿comparten y comprenden a los asesinos de nuestros militares?, ¿también llamarían “rebeldes” e “insurgentes” a estos asesinos, o sólo a los que matan americanos e israelíes?
 
Y mientras gente con alergia a la palabra trabajar sigue viviendo de maravilla y manifestándose a favor del terrorismo y de los asesinos, nuestros militares seguirán aguantando.
 
Ellos seguirán aguantando ser destinados a zonas en las que su vida correrá peligro, con escasez de material, material que además es de baja calidad, con desprecio absoluto de su gobierno por su vida. Seguirán volviendo en ataúdes sin honores, porque no es progresista que un militar muera en combate, no hay combates en la España de Zapatero como no había pobres en la España de Franco. Ellos seguirán consintiendo que se les trate como a una ONG, que se desprecien sus riesgos y su labor y se minimicen sus logros. Son los de “valor: se le supone” frente a los mandos civiles de “cobardía: asegurada”.
 
Y los familiares seguirán enterrando a sus muertos del nuevo terrorismo como han venido enterrando a los muertos causados por ETA, y seguirán callando ante la calificación de la muerte de sus seres queridos a manos de asesinos de “accidente”.
 
Y no lo harán por las amenazas y persecuciones que tienen que aguantar los familiares y compañeros de los que han muerto en operaciones internacionales para que guarden silencio y no puedan hacer uso del derecho de libertad de información, ya sea en un atentado o en un accidente de helicóptero. Lo harán por un sentimiento que en política escasea tanto como la decencia, la satisfacción del deber cumplido con La Patria, palabra maldita que inmediatamente hace que se le califique a uno de fascista. Sentimiento del deber que un Gobierno basado en el poder por el poder no puede entender.
 
El Gobierno niega la dignidad a los muertos en operaciones internacionales ya que tiene miedo que se le pague con la misma moneda que él utilizó para llegar al poder, tiene miedo de que lo que es un rumor se convierta en un grito y se encuentre con situaciones como las que el PSOE fomentó durante el gobierno anterior.
 
Ya que no respetaron la dignidad de los militares en vida, al menos respeten la dignidad de su muerte. Descansen en paz, y descansen con honor.

 
 
Nota

[i] Como la obligación de exponer películas españolas (siguiendo una ley franquista de 1941) o el pago de una tasa por cada CD o DVD virgen que se compre (0,60 euros por cada DVD).