Probando a Obama

por Peter Brookes, 3 de diciembre de 2008

(Publicado en New York Post, 18 de noviembre de 2008)
 
Barack Obama basó su campaña presidencial en la promesa del “cambio”, pero uno de los cambios que el presidente electo puede estar planeando - el no desplegar una defensa antimisiles en Europa Oriental - sería un gran error.
 
De hecho, es exactamente el tipo de vuelta a la tortilla que naciones como Rusia, Irán y Corea del Norte se esperan de la administración entrante.
 
Peor aún, probablemente daría la impresión en el extranjero de que nos estamos rindiendo ante la intimidación de los rusos.
 
Hace unas semanas, justo un día después de las elecciones de Estados Unidos, el presidente ruso Dimitri Medvedev hizo un discurso virulentamente antiamericano. Era su primer discurso desde que accedió al cargo en la primavera y podría decirse que es la primera “prueba” de política exterior del presidente electo.
 
Entre sus despotriques, Medvedev exigió que Estados Unidos dé marcha atrás en el tema de las bases previstas para la defensa antimisiles en Polonia y la República Checa.
 
Si continúa el despliegue, Medvedev advirtió, Moscú colocará misiles de corto alcance en Kaliningrado - un enclave ruso ubicado entre los territorios de 2 miembros de la OTAN, Polonia y Lituania.
 
Unos días después del discurso de Medvedev, un asesor de Obama salió a decir que durante la llamada telefónica entre el presidente electo y el presidente polaco Lech Kaczynski, Obama no se “comprometió a nada concreto” en el tema de la defensa antimisiles.
 
Uff... Ciertamente no significa que sea una retirada de Washington ante las amenazas de Moscú, pero es un comienzo preocupante del equipo de Obama en un asunto clave de seguridad nacional.
 
Ser tan poco firme sólo puede provocar úlcera en Varsovia y Praga - donde ambos gobiernos hicieron hasta lo imposible para la aprobación del acuerdo para la defensa antimisiles - y júbilo en Moscú, Teherán y Pyongyang.
 
¿A qué rufián no le gusta ver flaquear al contrincante?
 
Y las cosas se pusieron más difíciles aún cuando apenas unos días después, el Wall Street Journal informó que Rusia ahora está manteniendo conversaciones con Bielorrusia para desplegar misiles que podrían apuntar a diversos blancos en toda Europa.
 
(¿El motivo de Bielorrusia? Probablemente busca la ayuda rusa para asegurarse el suministro energético y créditos financieros - o, si Europa quiere sobornarla para que rechace los misiles americanos, a cambio de que reduzcan las sanciones económicas de la UE impuestas por asuntos de derechos  humanos).
 
El paso siguiente de esta lección en curso para el presidente electo llegó el viernes - cuando el presidente francés Nicolás Sarkozy pidió un alto en la defensa antimisiles europea hasta que se puedan llevar a cabo más negociaciones.
 
Las palabras de Sarkozy, en una cumbre europea entre la UE y Rusia, eran un claro soborno a Medvedev - a expensas de Estados Unidos y Obama. (Es una vergüenza que la UE esté en tratos con Rusia a pesar de que Moscú no ha cumplido con los 6 puntos del plan europeo de paz de Georgia). 
 
Pero no es sólo la intimidación, también tiene que ver con la política de acción. Este sistema está diseñado para la defensa contra misiles iraníes y su amenaza nuclear - que está aumentando rápidamente.
 
Apenas la semana pasada, Teherán probó un misil balístico de dos etapas que usa combustible sólido combinado - cuyo alcance de 2000 kilómetros podría permitirle golpear cualquier zona de Oriente Próximo y partes del sur de Europa.
 
Si lo que dicen los informes de la prueba iraní fuera cierto, ésta sería la primera prueba exitosa de un misil de varias etapas - que pondría a Irán en camino al lanzamiento de misiles de alcances cada vez mayores, incluyendo distancias intercontinentales. La prueba también demostró los avances que ha hecho Irán en ingeniería básica de misiles, yendo más allá de combustibles líquidos a un motor más confiable que use combustible sólido combinado.
 
Lo que menos necesitamos ahora es parecer “blanditos” teniendo un Irán nuclear además de sus programas de misiles.
 
Mientras tanto los líderes de Corea del Norte estarían encantados de ver el fin de nuestra defensa antimisiles que solamente serviría para aumentar el valor de los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte.
 
Seamos claros: Estamos hablando de defensa antimisiles aquí, de sistemas creados para proteger el territorio nacional, a nuestros aliados, amigos y a las tropas americanas contra amenazas de ataque.
 
La administración Bush consideró que era una tontería dejarnos vulnerables deliberadamente y decidió desplegar sistemas de defensa contra una serie de amenazas de misiles.
E hizo muy bien: en un mundo donde perro come perro, cualquier potencia que parezca débil invita a la provocación, al chantaje, a la coerción e incluso a la agresión.
 
La defensa antimisiles ofrece a los responsables políticos opciones que van más allá de represalias masivas - y es una de nuestras pocas opciones razonables para la protección del territorio nacional y de sus intereses contra la creciente amenaza de ataques de misiles y armas de destrucción masiva.
 
Si Obama cede a las amenazas rusas, no sólo aparecería débil ante nuestros amigos y enemigos; también debilitaría la seguridad nacional del país.

 
 
Peter Brookes ha sido Vicesecretario Adjunto de la Secretaría de Defensa de Estados Unidos y asesor del Presidente George W. Bush.
Como alto miembro de la Fundación Heritage, Peter Brookes se encarga de comunicar la posición de la Fundación en temas de política exterior y de seguridad nacional de Estados Unidos, Asia, el Pacífico y de terrorismo a través de diversas apariciones en programas de televisión a nivel nacional e internacional, con entrevistas, investigación de temas específicos, testimonios ante el Congreso de Estados Unidos y conferencias internacionales. Entre sus muchos cargos es actualmente Director del Centro de Estudios Asiáticos de la Fundación Heritage.
 
 
©2008 Peter Brookes
©2008 Traducido por Miryam Lindberg