¿Qué hace en Irán la Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos?

por Anne Bayefsky, 19 de septiembre de 2007

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, viajaba a Irán esta semana para ocupar un puesto de primera fila y escuchar atentamente al revisionista Presidente del Holocausto Mahmoud Ahmadinejad. La ocasión fue maquillada como reunión de derechos humanos del Movimiento de los No Alineados, presidido actualmente… por Cuba.
 
Mientras Arbour se codeaba con antisemitas, carniceros y demás fuerzas antidemocráticas de todo el mundo, los iraníes hacían los preparativos para ajusticiamientos públicos. Arbour fue descrita por la Agencia de Noticias de la República Islámica como 'habiendo expresado placer por encontrarse en la reunión de los No Alineados y describía la representación diplomática de Irán ante la ONU en Ginebra como 'muy buena''. En una maniobra inusual, la Oficina del Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha descuidado hasta la fecha poner en la página web sus declaraciones oficiales.
 
El día después de que Arbour abandonara Irán, el gobierno se sentía lo suficientemente respaldado por el sello de aprobación de la ONU como para ejecutar a 21 presos. La gente es ejecutada en Irán por acusaciones como 'enemistad hacia Alá' o 'ser corruptor de la tierra”.
 
Tampoco es que Irán necesite preocuparse por la reacción de la ONU tras los hechos. Arbour es citada por fuentes iraníes de noticias diciendo a los participantes 'El nuevo método de consideración de temas relacionados con los derechos humanos es exhaustivo y no selectivo, y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU está dispuesto a prestar asistencia técnica y consultiva a Irán'. 'No selectivo' es el lenguaje en código de la ONU para evitar referirse a estados que violan los derechos humanos, no hablamos ya de detenerles. 'Asistencia técnica' es el lenguaje en código de la ONU para ayudar al estado a evitar críticas simulando que el problema es algún tipo de tecnicismo de infraestructura. Está claro desde hace un tiempo que el nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU se dedica a eliminar toda crítica específica a países concretos (la que no se dirija a Israel, por supuesto). Aparentemente ahora, Arbour está de acuerdo.
 
¿Exactamente qué escuchaba Arbour con tanta atención dentro de las paredes de la reunión de Teherán? Ahmadinejad leía la declaración estrella de la casa acerca de la ilegitimidad de la existencia de Israel, despachándose acerca de 'la ocupación que es el régimen sionista' desde el día en que fue creado 'hace 60 años'. A continuación pasaba a culpar a Estados Unidos de toda una letanía de males. Aludiendo a Estados Unidos, las agencias de noticias iraníes informan que su discurso incluía lo siguiente:
 
Saben perfectamente bien que la Revolución Islámica quiere preparar el terreno para la llegada del 'gran acontecimiento' prometido (la reaparición del Imán de la Era)... Estamos contra el gobierno de los individuos deshonrados... El Irán Revolucionario se dirige al gobierno global y hacia una cultura islámica genuina para obtener una posición más elevada en todo el mundo.
 
El interés, completamente teórico, de Arbour en la materia de los derechos humanos en Irán debe haber sido hundido por el análisis conceptual de Ahmadinejad de la protección internacional de los derechos humanos. El Presidente desafiaba la idea misma de derechos humanos universales aplicables a todos los seres humanos, y la sustituía con un objetivo muy distinto -- la diversidad cultural.
 
La verdadera aportación de 'diversidad cultural' desde el punto de vista iraní y de los No Alineados la elaborada en el discurso la conferencia del Ministro iraní de Exteriores Manuchehr Mottaki. Mostraba objeciones a la crítica de los derechos humanos como 'herramienta para presionar a países independientes'. Solicitaba a los participantes que 'modifiquen' la Declaración Universal de los Derechos Humanos porque 'el mundo islámico' no estaba presente cuando fue redactada.
 
Para subrayar el propósito unificador de 'derechos humanos y diversidad cultural' del Movimiento de los No Alineados, los participantes adoptaban una declaración final que apoya la noción 'mantenerse al margen' de la protección a los derechos humanos -- 'reafirmamos... que los miembros de Naciones Unidas... se abstendrán de cualquier tentativa encaminada a la ruptura parcial o total de la unidad nacional y la integridad territorial de un estado”.
 
Todo esto hace sorprendente que la Comisionado para los Derechos Humanos pensase apropiado presentarse en cualquier parte de Irán, por no mencionar la primera fila de este ataque a la raison d'etre de la existencia misma de su cargo.
 
 
Y los iraníes se mostraron encantados con la visita de Arbour -- cantando que la ONU 'había tomado parte en la conferencia al más alto nivel'. Claramente comprendieron su presencia como apoyo a su opinión de que los derechos humanos son completamente relativos, o en palabras del Ministro de Exteriores iraní en funciones Mehdi Mostafavi, los participantes 'indicaron la resolución internacional para adaptar los derechos humanos en línea con la diversidad cultural de la comunidad internacional”.
Los ejemplos más recientes de diversidad cultural en Irán incluyen la lapidación de un hombre por supuesto adulterio el pasado julio y el ahorcamiento desde grúas de obras públicas montadas en la plaza pública de víctimas en ejecuciones masivas.
 
La visita de Arbour tenía lugar en un momento en el que la censura en Irán es brutal y la cifra de detractores del régimen ahorcados tanto en público como en las prisiones se está disparando. También tenía lugar a pesar del rechazo de Irán a cooperar con muchos de los mismos investigadores de la ONU en materia de derechos humanos, que llevan muchos años solicitando el acceso al país.
 
La visita de Arbour fue un secreto a voces. Según el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, tan pronto como llegó a Teherán, los miembros de las familias de los presos políticos y de aquellos en el corredor de la muerte intentaban ponerse en contacto con ella, lanzándose algunos hasta Teherán por la simple posibilidad de ver a la jefa de la ONU en materia de derechos humanos, y presentar sus solicitudes personales. Pero tras perder una hora en los exteriores del edificio de la ONU con la esperanza de reunirse con ella, eran atacados por las Fuerzas de Seguridad del Estado. El Consejo de la Resistencia la instaba a condenar las ejecuciones y las muchas y variadas formas de tortura que tienen lugar en Irán, mientras algunas ONG la instaban a plantear objeciones a las violaciones de derechos adicionales. Arbour sí se reunió con la ganadora del Nobel Shirin Ebadi y, según Radio Free Europe, con algunas activistas de los derechos de la mujer.
 
No ha habido ninguna declaración pública por parte de su oficina; no hay ninguna indicación de que su participación en la reunión del Movimiento fuera algo más que algo a nivel de generalidades. El Consejo de la Resistencia advertía,
Los presos políticos y sus familias temen que si su situación no es tratada por la jefa de derechos humanos de la ONU en su visita a Teherán, los criminales mulás lo entenderán como una carta blanca a continuar con su barbarismo y sus ejecuciones... Aprovecharán el viaje de Arbour... para incrementar la tortura y las ejecuciones en Irán.
 
Las ejecuciones masivas que siguieron inmediatamente a la salida de ella han dejado claro que los peores temores se han hecho realidad.
 
El enorme error cometido con el viaje de la Comisionado Arbour a Teherán no puede ser mayor. Para las familias de los muertos y los torturados y los muertos que se avecinan, Arbour ha provocado un daño increíble. Para los verdaderos defensores de los derechos humanos que luchan por ganarse la credibilidad frente a los fraudes, ella ha provocado perjuicio. Y para los principios, que han sido hechos pedazos por el individuo mismo encargado de cuidarlos, ella resulta grotescamente ofensiva.

 
 
Anne Bayefsky es profesora de la Facultad de Derecho de Columbia especializada en Derecho internacional y la convención de derechos humanos, y es miembro permanente del Instituto Hudson. Fue la primera mujer en doctorarse simultáneamente en dos universidades, la Universidad de Toronto y la Universidad de Oxford.