La muerte de la doctrina Bush

por Jeff Jacoby, 25 de enero de 2008

(Publicado en The Boston Globe, 16 de enero de 2008)

La Doctrina Bush, nacida el 20 de septiembre del 2001, cuando el Presidente Bush advertía claramente a los patrocinadores de la jihad violenta: 'o estáis con nosotros, o estáis con los terroristas', está muerta. Su obituario era anunciado el pasado viernes por Condolizza Rice.
 
La secretario de estado se dirigía a los reporteros a bordo del Air Force One camino de Kuwait desde Israel. Explicaba el motivo de que la administración haya abandonado la condición más fundamental de su apoyo al estado palestino -a saber, el final del terror palestino. La explicación de Rice, recordada aquí por el Washington Times, es tan impactante por su candor como por su ceguera moral:
 
'La 'hoja de ruta' a la paz, concebida por Bush en el 2002, se había convertido en un obstáculo para el proceso de paz, porque el primer requisito era que los palestinos detuvieran los ataques terroristas. Como resultado, cada vez que había un atentado terrorista, el proceso de paz se detenía y volvía a la casilla de salida. Ninguna parte llegó nunca a discutir 'los asuntos centrales': la congelación de los asentamientos israelíes en Cisjordania, el derecho de los refugiados palestinos a volver, el trazado de la frontera de Israel, y el futuro de Jerusalén.
 
''El motivo de que en realidad no hayamos sido capaces de avanzar en el proceso de paz durante un buen número de años es que estábamos atascados en la secuencialidad de la hoja de ruta. De manera que tenía que completar la primera fase de la hoja de ruta antes de pasar a la tercera fase de la hoja de ruta, que era las negociaciones reales del estatus final' decía Rice... Lo que hizo la cumbre de paz de noviembre celebrada en Estados Unidos en Annapolis fue 'romper esa estrecha secuencialidad... No quieres que la gente se detenga en la actividad de los asentamientos o el hecho de que los palestinos no han sido capaces en absoluto de tratar con la infraestructura del terror...''
 
Así, el presidente que en 2002 insistía en que 'el estado palestino nunca será creado mediante el terror' ahora insiste en que se cree un estado palestino al margen de eso. En tiempos la administración Bush defendió 'una hoja de ruta' cuyo primer y primordial requisito consistía en que los palestinos 'declaren un final inequívoco a la violencia y el terrorismo' y clausuren 'toda incitación oficial... contra Israel'. La administración dice ahora que el terrorismo y la incitación palestinos no son 'nada en lo que detenerse'.
 
¿Qué pasó con la claridad moral que acompañaba a la visión del mundo del presidente tras el 11 de Septiembre? ¿Qué pasó con la convicción que se encontraba en el centro de la Doctrina Bush: que los terroristas tienen que ser marginados y derrotados, y los febriles pantanos que les alimentan drenados y desintoxicados?
 
El apoyo de Bush a la creación de un estado palestino siempre estuvo mal emplazado -raramente una sociedad ha demostrado estar menos preparada para la soberanía-, pero al menos dejaba claro que el apoyo americano llegaba a un precio insalvable: 'Estados Unidos no apoyará la creación de un estado palestino', decía Bush en su discurso de referencia de 2002, 'a menos que sus líderes tomen parte en una lucha constante contra los terroristas y desmantelen su infraestructura'. Reforzaba esa condición dos años más tarde, confirmando en una carta a Ariel Sharon que 'la dirección de los palestinos tiene que actuar decisivamente contra el terror, incluyendo operaciones constantes, encaminadas y eficaces para detener el terrorismo y desmantelar la infraestructura y las instancias terroristas'.
 
Ahora esa política se ha quedado por el camino, reemplazada por una no tan centrada en lograr la paz como en mantener un 'proceso de paz'. No hay duda de que es difícil, como dice Rice, 'avanzar en el proceso de paz' cuando la Autoridad Palestina entroniza a los terroristas suicida y mantiene vivo un deseo de erradicar al estado judío. Si la Doctrina Bush -'con nosotros o con los terroristas'- estuviera aún en vigor, el proceso de paz se habría dejado de lado una vez que los palestinos dejaran claro que no tienen intención de rechazar la violencia ni aceptar la existencia de Israel. La administración estaría tratando a los palestinos como parias, sin permitirles asistencia de ningún tipo, y mucho menos avanzar hacia el estado mientras su invitación al terrorismo persistiera.
 
Pero es la Doctrina Bush la que ha quedado por el camino. En su hambre de apoyo árabe contra Irán -y quizá en busca de una 'herencia' histórica- la administración ha abandonado el 'con nosotros o con los terroristas'. Está decidida en su lugar a cualquier precio a conceder el estado a un régimen que respalda inequívocamente a los terroristas. 'Francamente, es hora de la creación de un estado palestino', dice Rice.
 
Cuando George W. Bush sucedía a Bill Clinton, estaba decidido a no repetir los errores de su predecesor en Oriente Medio, una determinación que se intensificó tras el 11 de Septiembre. Pero también él ha sucumbido al mesianismo que conduce a los presidentes americanos a imaginar que pueden resolver el conflicto árabe-israelí. La herencia de Clinton en este terreno fue la segunda intifada, que inundó de sangre la región. ¿A qué infierno nuevo nos conduce la diplomacia de Bush?